Dormido, sin propósito,
descuido el alternar del tiempo
vagando por recovecos
equivocadamente desatinados.
El deambular de la nieve
me hace atisbar el presente,
tan lejano en mi sueño
destartalado.
Respondo a la rutina contravenida del intenso frío,
despertando, por suerte,
en cálidos ambientes.
Seguramente, un avión
haya despegado
con una luz triste cuando
se movía hacía su destino.
No para de llover,
refugiada tras los cristales,
leyendo la necesidad que
mi corazón hace de tu presencia.
Tardas en responder, como
siempre...
y una inquietud me
comprime hasta desgastar la espera.