miércoles, 16 de noviembre de 2011

SORIA, DESCONOCIDAMENTE NUEVA


Sin apenas percibirlo, van cayendo las hojas de los árboles,
en esa permuta que siempre se necesita.
Tiempo de otoño, de ocres colores, de lluvias procelosas.
Tiempo de calidez interior y trastornadas ausencias.

Es la estación recién nacida de tardes recortadas de luz,
destellos abotargados y silencios permanentes,
repasando los ardores de otro verano agotado.
Pálido otoño que tiñes de almagres el paisaje castellano.

Pronto el Moncayo se disfrazará con blanca túnica
con el sol y algunas nubes trajinando a su alrededor.
En las tres provincias de la Sierra Cebollera estallará la berrea
en un tiempo de otoño de hojas derramadas y nocturnas escarchas.

Periodo transitorio hacía fríos más intensos.
Otoño soriano creciendo hacía el invierno.
Matices intensos de ocres, sepias y nogales exuberantes.
Soria en otoño que se antoja, otra vez, desconocidamente nueva.