Sin apenas percibirlo, van cayendo las hojas de los árboles,
en esa permuta que siempre se necesita.
Tiempo de otoño, de ocres colores, de lluvias procelosas.
Tiempo de calidez interior y trastornadas ausencias.
Es la estación recién nacida de tardes recortadas de luz,
destellos abotargados y silencios permanentes,
repasando los ardores de otro verano agotado.
Pálido otoño que tiñes de almagres el paisaje castellano.
Pronto el Moncayo se disfrazará con blanca túnica
con el sol y algunas nubes trajinando a su alrededor.
En las tres provincias de la Sierra Cebollera estallará la berrea
en un tiempo de otoño de hojas derramadas y nocturnas escarchas.
Periodo transitorio hacía fríos más intensos.
Otoño soriano creciendo hacía el invierno.
Matices intensos de ocres, sepias y nogales exuberantes.
Soria en otoño que se antoja, otra vez, desconocidamente nueva.
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