sábado, 27 de junio de 2009

EL NORTE

Buscar el norte es sencillo. Tan sólo necesitas una brújula.
Encontrarlo es más difícil. No todos pueden hacerlo.
Es descubrirte a ti mismo.
De repente, topas con un mar agitado,
un horizonte lejano y prados coloreados de verde.
No puedes mantenerte en pie y te sientas.
Observas, desde un silencioso interior sobrecogedor,
el paisaje majestuoso y el mar que, casi, lo ocupa todo.
Y te hipnotiza, te atrae, te conduce a sus profundidades.

Respiras sutilmente, desertas de tu mente
y te dejas embaucar por su diáfanos colores,
sus incondicionales sonidos, su magnético poder.
Justo en ese momento, pleno de hechizo,
descubres que realmente estás en el norte.
Haces introspección y revelas que, también,
formas parte de esa fotografía que contemplas,
apreciando que la libertad nunca antes estuvo así simbolizada,
sintiéndote más pequeño en ese ímpetu enaltecido.

1 comentario:

Francisco Méndez S. dijo...

la luz del norte, algo mágico debe tener.

Que buen poema.

Saludos