Soportando los envites cotidianos
el corazón se agazapa, en algún momento,
a cualquier cosa,
esperando que la luz se abra camino
en el crepúsculo del optimismo.
Nada es vano si se aprovecha,
nada es amargo si se deja reposar,
nada es concluyente si aún quedan opciones.
Pasa el tiempo con la consecuencia de lo acaecido
atisbando el futuro como una realidad favorable.
Todo fluye en el concurrir persistente de cada instante,
sobreviviendo lo más racionalmente posible
a ese crudo lapso de tiempo que ya está por terminar.
2 comentarios:
Siempre llega la luz, aún cuando parezca imposible.
La cadencia de tu poesía también lo dice,
que está por llegar.
Un beso fuerte
Conseils tres interessants. A quand la suite?
Publicar un comentario