INCIPIENTE MORATORIA
Espero, intransigente, el choque de la ola en la arena.
Ese instante que se produce con letal rapidez
me inspira, mirando fijamente un haz de luz
reflejado a cientos de metros en esa inmensidad.
Inmerecido, tímido y fugaz momento.
Manojos de luz chocando en oscilantes olas.
Resplandor a primeras horas de un día
que con el paso del tiempo,
a todas luces, será lluvioso.
Incipiente moratoria hacía un techado grisáceo.
Pero la jornada será de una incesante serenidad
que nada ni nadie podrá fragmentar.
Necesaria impavidez de soliloquios enfurecidos
a la espera de otra ola topando con la humedecida arena
y otro haz de luz que inspire mis sentidos.
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3 comentarios:
Precioso, sencillamente precioso.
Un saludo
De nuevo gracias, guapa.
Me gusta bastante este poema. Me caen bien las personas con buen ojo para los detalles pero, sobre todo, el mayor mérito creo que está en que logras hacer realmente bellas y trascendentes esas pequeñas cosas que no son sino metáforas de grandes cosas, tal como en este caso es el instante en el que la ola choca con la arena.
Saludos,
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