Estrecho el cerco de la enfermedad,
quiero desatar furor con mi energía.
Traspasar lo amargo de lo íntimo,
intentar trasladar con mi sonrisa
un canto positivo a situaciones angustiosas.
Solitarias, vulnerables, crueles,
desarboladas, inhumanas, estériles...
Pero no dejar de pensar en el presente,
transgresor involuntario de lo cotidiano.
Reparar lo intolerable,
contagiar alegría a mis seres queridos,
pensar y sentir en positivo.
Hay tregua... y si hay tregua
la esperanza será lo último que perderé.