jueves, 22 de marzo de 2007

RUIDOSA COMPAÑÍA

Estuve enfermo y tus ensordecedoras olas me acompañaron,
tu larga silueta me reconfortó en silencio,
el color cambiante de tus bellas transparencias
hizo que estuviera alerta a tus fortuitas contraseñas,
me halagaste con tu presencia sonora y acortaste mi aburrida destemplanza,
esperaste que sanara y me acunaste en tu interior,
me sumergí en tus profundidades investigándote,
y me fui de tu lado con el quebranto de perderte por momentos.

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